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¿Qué tipo de piel tengo?

La piel es la capa superficial que recubre nuestro cuerpo y cumple diversas funciones: forma parte de las barreras naturales defensivas, y por lo tanto es un componente inmunológico importante; que actúa en la regulación de la temperatura corporal; como barrera de protección contra agentes químicos, físicos y radiaciones. Desde un punto de vista microscópico podemos diferenciar dos capas: la epidermis, lo que vemos a simple vista, y la dermis, que es el sostén tanto estructural como nutricional de la epidermis. Por eso es importante tener en cuenta una nutrición tanto superficial, aplicando emulsiones y cremas hidratantes; como profunda, estimulando la hidratación de la epidermis, para lograr un mejor resultado en cuanto a la salud de nuestra piel.
No todas las pieles son iguales, podemos diferenciarlas en base a su fototipo (color) y a la producción de sebo (pieles secas, mixtas y grasas). Es por esta razón, que no todos reaccionamos de igual manera a un tratamiento, o nos sirven los mismos productos. Para obtener una piel más sana y con mejor aspecto, lo primero que debemos hacer es conocernos, para eso, te invitamos a identificar tu tipo de piel en tres simples pasos:
Instrucciones :
- Limpiar con un gel neutro.
- Secar con una toalla limpia, realizando pequeños golpecitos (¡ojo!: es muy importante no arrastrar la toalla sobre la piel)
- Esperar 40 minutos
- Llego la hora ¡a mirarnos al espejo!
A la hora de ver el resultado podemos identificar tres grandes tipos de pieles:
- Piel grasa. Esta se caracteriza por tener aumentada la producción de sebo, que se traduce al espejo como mayor luminosidad, mayor tendencia a la oleosidad, formación de comedones y poros dilatados. Esto último se ve como hoyos pequeños en la piel, visibles al espejo.
- Piel seca. Donde podemos ver una piel más opaca, tirante, tal vez acartonada, con mayor tendencia a la resequedad.
- Piel normal o equilibrada. Es lisa, suave y firme al tacto. Los poros de la piel apenas se notan. Es posible que nuestra piel no sea puramente grasa o seca. Es más, la mayoría de las personas encuentran características de ambas en su piel, a las que se le denominan, pieles mixtas.
Existen infinidad de factores que afectan a nuestra piel, a saber, por ejemplo: la edad, exposición solar, estado hormonal, el estrés, el clima, alimentación, etc.
Aquí reside lo hermoso de ésta, ya que nos permite ver externamente las manifestaciones de nuestra salud. Es por esta razón, que esta guía es una orientación práctica para un mayor autoconocimiento, pero de ninguna manera sustituye una consulta con un especialista en dermatología, quienes son los encargados de cuidar de nuestra piel.